... El sonido del botellón...

Barcelona, esa ciudad de la costa dorada, está "aturdida por el ruido". Y es que según parece, el 84 por ciento de las quejas recibidas a la Guardia Civil desde principios de año, son debidas al jaleo de la calle, el bar o el vecino, según apunta el Consistorio, quienes además están diseñando una nueva ordenanza de Medio Ambiente más restrictiva frente a la "contaminación acústica".

Sin embargo, parece ser que los lugares de ocio, como los restaurantes de comida para llevar. Estos negocios convierten las plazas de Barcelona en merenderos y bares nocturnos, dando lugar a la aparición de la especie jovenus botellonus, es decir, chavales que ven en estos locales la oportunidad perfecta para hacer su botellón en la plaza del pueblo.

Así que, los vecinos además de tener que lidiar con los ruidos nocturnos de la ciudad (operadores de limpieza, tráfico, etc), tienen que hacer frente también a los sonidos típicos de la juventud borracha: gritos, peleas, risas estridentes, cascos de botella al romperse... Todo un ejercicio de paciencia y resignación, ya que aunque la Policía haga "guardia" para vigilar estos "encuentros", los negocios saben que no serán multados por la Administración.

Aunque para vivir ese problema no hay que irse hasta Barcelona, pues la contaminación acústica debido a las "juergas nocturnas" son un problema en casi todas las ciudades españolas.

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